¿Qué son los propagadores?
Los propagadores son un tipo de invernadero que se suele utilizar para la germinación de semillas o para trabajar con esquejes. La gran ventaja de los mismos es que son una estructura cerrada y sellada, permitiendo obtener la humedad tan alta como se requiera (algo muy importante para ciertas fases).
Suelen contar con una disposición de ventanas y rejillas que se podrán abrir o cerrar a nuestro antojo; en base a ello, podremos regular el nivel de humedad relativo del entorno: cuanto más abramos las trampillas, más se reducirá el porcentaje de HR.
También podemos encontrar algunos modelos que integran calefactores, muy prácticos para enfrentarnos a las bajas temperaturas con la llegada del invierno. Si nos los traen, los podemos combinar con mantas térmicas.
Están disponibles en diferentes tamaños, aunque el más habitual tiene unas medidas de 34 x 21 cm (en este tamaño pueden caber en torno a unos 54 esquejes).
¿Cómo se usan los propagadores?
El proceso para usarlos dependerá de cada cultivo. Estas son algunas instrucciones genéricas:
- Nada más colocar los esquejes que se quieren enraizar, o las semillas para germinar, es muy interesante que las rejillas estén completamente cerradas. Lo que se quiere conseguir con ello es lograr un ambiente saturado, con un 100% de humedad.
- Una vez que pasen 2 días, iremos abriendo las rejillas de forma gradual para así ir aclimatando al cultivo a los parámetros que se estén buscando.
- En cuanto a la temperatura, esta debería mantenerse en torno a los 24-25ºC.
Así conseguiremos que las semillas germinen con mucha más fuerza y que los esquejes enraícen.
Nuestra recomendación es que te hagas con un Kit propagador + bandeja para no necesitar adquirir nada de forma adicional.