Los cultivos indoor son el recurso perfecto para conseguir cosechas de calidad, manteniendo la privacidad que se busca en este tipo de actividad. Para recrear las condiciones que la planta obtiene en la naturaleza conviene trabajar en una serie de factores, siendo clave la iluminación.
El problema es que no siempre es fácil encontrar un punto donde colocarlos y asegurarnos de que la distancia sea adecuada. Las poleas que tienes en esta sección son la mejor solución a este problema.
Principalmente, se emplean para dar soporte a los equipos de iluminación, para poder colocarlos exactamente dónde queramos. Son muy versátiles, permitiéndonos colocar la luz a la altura que necesitemos en ese momento; a medida que las plantas crezcan, podemos seguir regulando la altura de la luz gracias a las poleas.
·Si la planta está muy lejos de la luz, no tendrá la suficiente energía para hacer la fotosíntesis, paralizando el crecimiento. Si no se llega a morir, el resultado de la cosecha no será abundante. También podría estirarse para alcanzar la luz, gastando esa energía que necesitaría para hacer otras funciones.
·En cambio, si la planta está muy cerca de la luz, podría llegar a secarse, incluso a quemarse.
Las poleas son la mejor alternativa a ese clásico sistema de cuerdas que tan poco eficientes resultaban. Te dan la seguridad de que los focos estarán a la distancia correcta y con una sujeción firme: no se romperán porque no se caerán al suelo ni tampoco se precipitarán encima de las plantas del cultivo.
Existen diferentes tipos de poleas que podemos implantar en nuestros cultivos, pero los dos siguientes grupos son los más característicos:
No solo se limitan a la sujeción de dispositivos de iluminación, sino que también resultan muy prácticas para dar sujeción a otros aparatos, como pueden ser extractores, filtros, incluso para sujetar o doblar las ramas, evitando que se tuerzan tanto que se lleguen a doblar.
Se pueden usar para dar forma a la planta, para que sus ramas encuentren el camino idóneo para recibir la mayor cantidad de luz posible.
Son poleas más sencillas, pero eficientes, en cualquier caso. Se calcula que cada polea es capaz de aguantar un peso de hasta 70 kg.
Además de permitir el cuelgue de equipos de iluminación, también son perfectas para reflectores, filtros, equipos de ventilación…
Una de las ventajas de este sistema de poleas es que se han diseñado con materiales de gran calidad que están preparados para aguantarlo todo. Además de resistir mucho peso, también puede resistir las condiciones extremas, como puede ser el frío. Aunque bajen mucho las temperaturas, podemos estar seguros de que las poleas resistirán.
Teniendo en cuenta lo económicas que son las poleas, vale la pena comprar tantas como necesitemos y colocar la iluminación, o cualquier otro elemento necesario, a la altura correcta. Así tendremos todo bajo control en el cultivo exótico.
